
Las bombas de vacío se montan en vehículos que no disponen de un vacío suficiente. En cambio, los motores diésel están equipados de serie con bombas de vacío, ya que no cuentan con válvulas de mariposa para generar una diferencia de presión.
En muchos vehículos se utiliza el vacío para la asistencia de la fuerza de frenado, pero también para accionar dispositivos neumáticos como, por ejemplo, válvulas de recirculación de los gases de escape, mariposas del escape, válvulas de aire secundario, conmutadores del tubo de aspiración y controles del turbocargador. Las bombas de vacío generan un vacío de 0,7 a 0,9 bares aproximadamente.
Ya que la proporción de vehículos con propulsión eléctrica está en continuo aumento, el desarrollo de las bombas de vacío también se está orientando a las bombas eléctricas. Si es necesario, estas pueden activarse independientemente del motor. En los vehículos híbridos, las bombas eléctricas de vacío mantienen el refuerzo del frenado en caso de que el motor de combustión esté apagado. Hoy en día, representan la última tecnología las bombas de vacío monopaleta, que en muchos casos están montadas en la culata y se accionan desde el árbol de levas.